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El proyecto

En el Distrito Metropolitano de Quito existen oficialmente 49 comunas activas, entidades políticamente autónomas reconocidas por la Constitución de 2008 mediante la definición de Ecuador como Estado Plurinacional. Esto las dota de derechos colectivos de auto-determinación fundados en el carácter comunal de sus territorios y en sus propias formas de democracia directa. A ojos de la oficialidad, sin embargo, aparecen en el mapa como puntos individuales, indefinidos territorialmente, convirtiéndose así en sujetos políticos invisibles sin poder legal, vulnerables a las presiones del capital y a los procesos de expansión urbana acelerada, vaciadas de toda capacidad de ejercer sus derechos colectivos. 


La reciente reconstitución del Pueblo Kitu Kara y la idea incipiente de una Federación de Comunas y Comunidades Indígenas a nivel municipal se presentan como un reto colectivo ante esta situación: lo que a ojos del Estado es sólo un punto unidimensional -la unidad mínima en el sistema geométrico clásico-, una comuna se convierte de repente en un Aleph para sus habitantes, adquiriendo un espesor vivo a lo largo de una determinada dimensión que los sistemas de representación tradicional son incapaces de reconocer: una falta de límites asumida de forma pasiva puede convertirse en un repertorio ilimitado de capacidades activas. Las herramientas que aquí presentamos, desarrolladas en directa colaboración con el Pueblo Kitu Kara y con las comunas del Ilaló-Lumbisí, pretende pensar formas de construcción política capaces de alumbrar este giro y de reimaginar una noción de límite que, aun desafiando las formas clásicas de representación, tenga la capacidad real de interferir y de negociar con los regímenes de propiedad del Estado definidos por éstas.     


Más allá de un estudio biofísico y socioeconómico de carácter cuantitativo de los territorios comunales, buscamos ayudar a crear las herramientas cualitativas de planeamiento necesarias para conectar y traducir un sistema de representación inerte en otro que, en lugar de categorizar y encerrar, sea capaz de albergar y de fomentar el repertorio de las múltiples formas-de-vida y prácticas que se despliegan en las comunas. Creemos que es desde estos espacios invisibles y marginales desde los que se podrá reterritorializar y reclamar el espacio urbano de manera autónoma y emancipatoria.